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El maravilloso mundo de los géneros, la típica pelea entre hombres y mujeres, tan eterna, tan sinsentido, luchar por luchar. Ahora parece que no haya otra cosa mejor por lo que batallar que por  las vocales, como protagonistas de esta rivalidad, aunque, siempre ha habido excepciones, claro y así la “i” parece ser que no da problemas, siempre muy buena y neutral, será porque siempre nos ha servido para poner el punto ese que se necesita en algún momento. La “u” tampoco da ninguna lata, creo que es porque está medio marginada, no representa nada más que onomatopeyas y poco más.

La polémica real se ha desencadenado entre la “o” y la “a”, como vocales opuestas, y la “e” que ha venido a poner paz, a ser ese punto intermedio en el que según Aristóteles está la virtud… Bueno, eso dicen, ahora vamos a ver que no es verdad tampoco, porque cuando la “e” tiene su espacio propio, llega una “A” arrogante y poderosa y dice que quiere su espacio también y manda a la mierda todos los principios de neutralidad, igualdad etc. que se le han atribuido a esa “e”, que no es otra cosa que una vocal más de las 5 con las que contamos en nuestro bello idioma.

Bueno, resulta que todo este trajín de vocales surge porque entre las feministas ( y también los feministas, para que quede claro que no solo hay mujeres) ha aparecido con fuerza la idea de que la lengua castellana es machista. Yo entiendo que la lengua es machista cuando se usan expresiones que así lo demuestran, por ejemplo, las que hacen mención a que lo cojonudo es bueno y lo coñazo es malo… en fin, en eso no hay dudas, hay expresiones machistas, sexistas, racistas… de todo tipo, vaya, pero eso nada tiene que ver con que la gramática española sea sexista y, mucho menos creo ese argumento, que algunos proclaman a gritos, que afirma que las mujeres quedan invisibilizadas en la “O” cuando se usa de forma neutra o mixta, como sería el caso de la famosa palabra TODOS.

Pero vayamos paso a paso. En español, existen dos géneros : el masculino y el femenino, como todo el mundo sabe el primero está casi siempre marcado por una “o” y el segundo por una “a”, habiendo infinidad de excepciones a esta regla y siendo el artículo “el” o “la” los que definitivamente marcan el género de las palabras: la mano ( sustantivo femenino terminado en O),  la llave ( sustantivo femenino terminado en E), el problema (sustantivo masculino terminado en A), y una infinidad de ejemplos más que sin el artículo no sabríamos determinar si se refieren a objetos de género masculino o femenino. Además de esto, podemos mencionar un montón de profesiones que terminan en “a”, como policía, poeta o psiquiatra ( y que curiosamente se han asociado a hombres durante años), o como en el caso de los electricistas, maquinistas, taxistas, …. todos los acabados en – istas, para resumir, y nunca escuché a ninguno de estos profesionales decir que se les estaba feminizando o que quedaban bajo la sombra del género femenino, porque sabían que su género no radicaba en la vocal de la palabra sino en el artículo: el terrorista, la terrorista, la policía o el policía. Además, la lengua ha decidido que hombre o mujer, no importa, si eres una víctima, siempre va a ser una palabra acabada en “a”, con artículo femenino incluido e invariable, y si eres un fantasma o una fantasma tendrás que tirar de artículo porque la palabra también termina en “a”; ¿no sería eso un caso de imposición del femenino?¿ Por qué no se pide que se diga víctimo y fantasmo?, y ¿qué pasa con el resto de palabras?, pongamos por ejemplo, los adjetivos que terminan en otro tipo de letra, como: angelical, hábil, angustiante, delirante, amable, enclenque… no sé, me pregunto si  es que la “L” o la “e” no son de ese tipo de letras, como al parecer lo es la “o”, que al final de una palabra inyectan una pulla o un desaire hacía algún grupo social.  Sí, ya sé que ahora alguien está pensando que el problema no se da cuando la palabra es singular, sino en el caso del plural, por ejemplo hablar de los terroristas, los taxistas y los fantasmas.

La cuestión es muy fácil, resulta que al género masculino se le está acusando de ser omnipresente y de invisibilizar a las mujeres cuando, la realidad es que, el “tan egoísta género masculino” es el que usamos en tres tipos de casos distintos: para lo puramente masculino, para lo neutro y para lo mixto. Sin embargo, y con total descaro, el degradado, olvidado, humillado e invisibilizado género femenino excluye, sin reparos ni excepciones, a todo lo que no sea puramente femenino… ¿a ver quién es el egoísta en este caso?, me gustaría saber.

Cuando decimos:¡ Hola a todas! Esta ”A” es tan potente, tan clara, tan definitoria, egoísta y excluyente que no hay duda de que que bajo esa “A” solo hay féminas, por el contrario, el: “¡hola a todos!” lejos de invisibilizar a nadie lo que hace es dar cabida a todos, a los masculinos, los femeninos y hasta a los neutros, porque esa “o” no cuestiona, no te dice si no eres de este género no puedes entrar, cosa que la “A” si hace.

No olvidemos que una de las características de nuestro idioma es la concordancia de género y número, así que cuando los detractores de la “o” plantean sustituirla por una “e” no se como piensan hacerlo con el resto de palabras que acompañan, normalmente, a un sustantivo. Es decir, ¿ Qué articulo concuerda con amigues? ¿los o las?¿ o inventamos también uno que sea les?¿ y el adjetivo?¿ será buenos, buenas o buenes? , el resultado sería una frase de tipo: No te olvides de les buenes amigues..., ¿En serio? Eso sí me da risa.

Además de los sustantivos masculinos y femeninos, en la lengua a veces queremos expresar cosas que son neutras, es decir que no tienen un género claramente definido por referirse a ideas, acciones, pensamientos, enunciados anteriormente dichos…. En ese caso se usa también la o, en forma de, por ejemplo, “lo”, como en estos ejemplos: “lo que quiero decir”,  o cuando decimos, “da lo mismo” porque resulta que en casos como este último, esa “e” neutra que reivindican las feministas, alegando que todo lo que acaba en “o” es puramente masculino, es en realidad una marca de lo  puramente masculino, y si dices es el mismo te refieres a un ente masculino mientras que si dices “ es la misma” te refieres a uno femenino, pero en el “lo” de “es lo mismo”, en esa maravillosa “O”, lo que hay es un neutro como la copa de un pino. Lo mismo pasa en los determinantes: ”este, ese, aquel”, son masculinos mientras que “esto, eso, aquello” son neutros!¡ Vaya por dios! No pensaron en tal cosa, claro.

Sin duda, para mí, lo peor es esa parte de que hay adoptar una “e” neutra, que incluya a todos y a todas,  y entonces decir: todes… para que nadie sienta que se le excluye, porque, paradójicamente, resulta que cuando ya existe esa “e” englobadora del todo,¡¡ van y la cambian!! Y, entonces, presidente se convierte en presidenta, pero no en presidento, cliente en clienta, pero no en cliento etc… es un poco raro, incoherente y necio, ¿no?  O sea, que reclaman que la “e” se apodere de los géneros en pós de un género único que no discrimine y que no deje a nadie fuera y cuando ya existen ejemplos de eso, los cambian… por favor, que alguien me explique cuál es el fin de todo esto, porque claramente yo solo veo uno: confundir, degradar un sistema gramatical bello y perfecto y hacer que la comunicación normal se convierta en un galimatías lleno de victimistas y ofendiditos ( y aquí una de cal y una de harina para que nadie se ofenda, victimas con a y ofendidos con o, ala que cada cual se vea reflejado o no en la que quiera). Y otra cosa es que no sé a quien se le ha ocurrido que en una “E”, cualquiera que sea tu condición de género, vas a sentirte más visible, porque bien pensado, como ya se ha apuntado anteriormente, la “E” es casi tan masculina como la propia “O”. El articulo masculino contiene una E, “el”, el pronombre sujeto masculino contiene una e, “Él”, así mismo, el demostrativo masculino contiene otra gran E como ya he dicho antes… y hay infinidad de adjetivos que terminan en “e”, ¿querrá decir eso también que cuando la gente dice alegre, amable, legible, maleable, etc no están siendo inclusivos con todo el mundo? ¿O en esos casos es una “e” buena que sirve para todos, pero en la palabra presidente ya no tiene ese mismo efecto de inclusión y, por eso, es necesario cambiarla a presidenta?.

También hay gente que apoya todos estos cambios basándose en la regla de que las lenguas evolucionan, si eso es cierto, pero es que las lenguas son tan así, tan suyas, que van y lo hacen solitas, las lenguas se autorregulan, mutan por si solas, tienen esa maravillosa capacidad de reinventarse y cambiar y girar y volver al mismo punto si les da la gana por sí mismas, no necesitan de una panda de ideólogos de café que les digan como tienen que evolucionar, cambiar o adaptarse a los nuevos tiempos.

Señoras y señores, dejen de culpar a la gramática de los problemas que ustedes mismos generan contra los otros. Si no saben solucionarlos, busquen psicólogos sociales, filósofos, psiquiatras o fórmulas mágicas, pero no acusen a la gramática de ser machista y aún menos a la pobre O de ser egoísta e invisibilizadora, porque justamente la O es la más generosa de todas las vocales, la que más da, la que menos exige para sí misma.

No hay tal cosa como una vocal machista o una gramática machista. Me encantaría saber que pensarían los defensores de este lenguaje inclusivo, como lo llaman, si el femenino fuese el género que se usara tanto para femenino como para neutro y mixto a la vez, y el masculino fuera exclusivo de aquellos que se consideran hombres, ¿Qué dirían? ¿Estarían contentas las mujeres de que su género fuese el general? ¿O reclamarían a gritos tener uno exclusivo para ellas?.

 

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