Llegada la fecha, se recurre a la conversación sobre los nuevos propósitos para el año nuevo, al menos, es un tema que los que nos dedicamos a enseñar lenguas usamos, por recurrente, obvio.
El año pasado, uno de mis estudiantes de Estados Unidos, me contó el suyo: Leerse 100 libros. https://medium.com/@kinabalu/read-100-books-in-2018-a0ec1bc68688
A mi me pareció un objetivo desmedido, exagerado, casi imposible de alcanzar pero la idea no se me iba de la cabeza, así que en lugar de pensar que Andrew estaba loco (cosa poco probable a juzgar por su inteligencia) y olvidarme del tema, pensé que tal vez podría intentarlo yo también y ver en qué acababa la cosa. Así que me puse a leer como una loca porque, además, cada cierto tiempo, en las clases, yo iba midiendo el progreso de Andrew en su carrera lectora hacía el libro número 100.
Y como siempre que uno se propone algo, todo el universo se confabula para llevarlo a uno a su propósito y de esa forma, mi querida amiga Laura de Costa Rica, ratón de biblioteca, políglota y divertida, también al principio del año, empezó a hacerme recomendaciones de libros en inglés… “Noooo, muy difícil” le dije yo, pero a continuación compré el primero que me sugirió porque ella me ayuda con mis dudas de inglés y conoce mi nivel, así que confié en ella…. el libro era “ Americanah” de Chimamanda Ngozi y tiene unas 450 páginas… pensé que me llevaría todo el año leerlo; en un mes lo había terminado. Me enganché de una vez a la lectura en inglés, y Laura me nutría de títulos de novelas encantadoras que me hicieron las delicias de algunos viajes, no pocas noches gélidas y muchas siestas veraniegas.
Para cuando empezaron a llegar días más largos y soleados, en una de mis lecciones online con mi estudiante Margie de los Estados Unidos, volvimos a hablar de libros, una vez más, y entonces ella me contó lo de su Bookclub. Yo había oído sobre los club de lectura, pero en bibliotecas y destinados a personas mayores y nunca les había prestado ninguna atención. Sin embargo, al escuchar a Margie, que es una mujer lectora, viajera, curiosa y llena de energía, hablarme de su experiencia me fascinó la idea de formar parte de uno y así incrementar mi tiempo de lectura y, además, compartirlo con otros. En pocos días, unas cuantas amigas decidimos crear nuestro Club de lectura, con el fin de tener encuentros en los que poder debatir, hablar, divagar sobre otras vidas, otros mundos, otras realidades, sobre sueños y decepciones que no fueran necesariamente las nuestras. Pero, eso sí, con vino y aperitivo!
Le dimos el nombre de Un libro te hace libre, porque eso es exactamente lo que hacen los libros, mentes libres, como la de Rosa, Alicia, Eva, Niky, Ana, Isabel, Consuelo y Conchi, todas las que pertenecemos a ese increíble y maravilloso Club de lectura. Y, que por cierto, tuvimos la suerte de tener a Andrew en persona como invitado de honor de nuestra última reunión del año.
Así pues, gracias al propósito de año nuevo de mi estudiante y todo lo que siguió después, he pasado 12 meses en constante compañía de libros.
Libros que me han llegado de manos de gente a la que quiero de verdad, libros que han viajado conmigo en avión, tren, coche, bici… libros que se han llenado de arena de playa, de café….libros que se quedaron en otros destinos, en otras manos.
Libros que hablan de amor, de dolor, de magia, de sueños imposibles, de felicidad y frustración, de pasión….hasta un libro en sueco leí, gracias a mi querida Sanna.
Todos subrayados, con anotaciones y muchas palabras traducidas en los márgenes y, lo más bonito, todos me han hecho sentir increíbles momentos que nunca he vivido y, a pesar de ello, tal vez no pueda olvidarlos jamás.
No llegué al objetivo de los 100 y algunos (solo 5) no los terminé, pero se quedaron pendientes, porque cada libro contiene una historia única y cada historia tiene su momento.
Estos son los libros que yo he leído en el 2018, tal vez les resulte una lista interesante de posibles lecturas o tal vez ya los leyeron, y entonces a lo mejor se animan a releer alguno, en cualquier caso:
Feliz 2019 lleno de libros.
Americanah- Chimamanda Ngozi Adichie
The kite runner – Khaled Hosseini
High Fidelity – Nick Hornby
Beauty is a wound – Eka Kurniawan
Women who run with the wolves – Clarissa Pinkola
Gone Girl – Gillian Flynn
The perfect nanny – Leila Slimani
You can heal your life – Lousie L. Hay
Maybe Managua – Catalina Murillo
Get to be happy – Ted Larkins
Abierto toda la noche – David Trueba
La casa de Bernarda Alba – Federico García Lorca
Mossipan – Elsie Johansson
El camino – Miguel Delibes
The neverending story – Michael Ende
Nada – Carmen Laforet
The night Circus – Erin Morgenstain
My purple novel – Ian McEwan
On Chesil Beach – Ian McEwan
Being miss nobody – Tasmin Winter
The year that changed everything – Cathy Kelly
Déjame que te cuente – Jorge Bucay
24 horas en la vida de una mujer – Stefan Zweig
Patria – Fernando Uramburu
Hearts in Atlantis – Stephen King
Querida Ljeawele – Chimamanda Ngozi Adichie
Y el pirata creó el mar – Francisco Romero
El señor de las moscas – William Golding
The gap of time – Jeanette Winterson
María,me encanta tú artículo. Me siento halagada de aparecer en el.
Tienes un gran talento para escribir.
También soy afortunada de pertenecer a ese Club de lectura,el cual,me ha aportado tantas cosas. Aparte de enriquecerme culturalmente con cada libro; ser miembro de ” Un libro te hace libre”,me ha dado la oportunidad de conocer más de cerca a unas maravillosas personas, que ya forman parte de mí vida…..mis compañeras del club.
¡Bravo María!
Por muchos libros más juntas…..
Ana
María, me encanta este blog y ahora me siento inspirada para leer muchos más libros en 2019. (Gracias a tu estudiante Andrew!). Espero que mis amigos también recomienden algunos libros más pequeños.
Ahora entiendo mejor lo que te anima a leer libros. Entonces, ese bonito número ‘100’ era más una manera de motivarte que una meta realista (‘aiming for the star, reaching the moon’, como decimos). Si vuelves a hacerlo, un número de páginas sería mejor quizás, ¿no? Así podrías contabilizar los libros que no terminas (sin ser presionada por terminarlos).
¡Me gusta la foto de arriba (¿África?)! 🙂